J.S;
es verdad que la vida, y como dice Robert Smith en una de mis siempre favoritas "A letter to Elise", every time I try to pick it up like falling sand as fast as i pick it up it runs away through my clutching hands // cada vez que trato de retenerla, como arena que cae, tan pronto como la recojo se escapa entre mis manos empuñadas.
Entonces, no creas en ningún momento que dejé de escribir por falta de interés, sino más bien por mi incapacidad de mantener promesas que involucran el establecimiento de vínculos afectivos, citando nuevamente a Smith, "creí que esta vez si cumpliría mis promesas". Aún nos recuerdo, caminando en la noche, y deshaciéndome, lloraba porque me embriagaba en soledad (y alcohol). Grité tan fuerte en la calle vacía, dije que me encontraba tan lejos de todos, incluso de ustedes, por que no pertenecía a nadie, y prometí que mantendría el contacto de forma escrita. Es casi como si hubiese sido el fin de semana pasado, pero no es así.
Estoy aquí, en la segunda década de vida, y aun creo, cómo tú me comentaste también te sucedía, que voy a morir antes de los treinta. Estoy saboreando el funeral, que al fin y al cabo tal vez no suceda, o no cuando yo lo desee. Es una más de esas innumerables promesas que he hecho sin pensar en el impacto de su incumplimiento. Aunque tengo que confesar nunca me ha agradado la idea de que alguien, quien sea, al regresar a casa, la que sea que fuese donde estuviese habitando al momento, me encontrase inerte. Es un proceso de acontecimientos legales, que por experiencia sé son un largo y fatídico trabajo. Si en verdad algún día de estos logro hacerlo, solo voy a desaparecer, y quizá, con un poco de suerte, un perro callejero, después de una noche fría y camino al basurero, encuentre entre la basura algunas de mis falanges.
Pero es algo tan poético como improbable.
Espero saber pronto de ti, porque aunque nos encontramos hace algunos días, tengo la sensación de que no dijimos nada.
Atentamente
C.
C.
Comentarios
Publicar un comentario