Si eso fuera posible, uno tangible para los sentimientos, exclusivo, para cada uno de los habitantes, sería extraño. El mío pudiera ser un desierto, dónde un manto nocturno cubre permanentemente los infinítos granulos ocres. Haría tanto frío, que estaría lejos de evocar un desierto. Uno suele asociar esta estampa climática con grados altos y sequía, pero este en partícular, tan gélido, rayaría en lo surreal. Como es un desierto, no hay plantas, ni agua, ni nada para que exista vida. Sólo frí y arena. Estoy haciéndolo de nuevo. Demásiado lúgubre. A veces formulo cosas sin pensar demasiado.
La vida no es tan fácil ni tan difícil como nos la han pintado. Simplemente es vida. Está. Escoge tus propios colores. Vívela o muere.