- ¿qué has estado haciendo? - Apagué la luz, no quería ver a nadie. - ¿qué es lo que ha pasado? -Me tiré a pasto. Estaba esta Luna grande hermosa. Geométrica. Casi recuerdo cuando Octavio nos hacía hacer las lineas de grafito. derechitas, derechitas, a mano alzada. -¿Y entonces? -Entonces se hacía más grande, cómo si estuviera cayendo en mi pecho, y yo quería guardarla para siempre, para enseñarsela en una fotografía o en una postal. Me daba su imagen caleidoscopica, y a vece era negra y gris, y a vaces vainilla y un poco toronja. -Suena a que no sabes de que estas hablando. -Yo lo vi. Tu no estabas, Nadie estaba. Ni siquiera estas aquí ahora. - Estoy sin estar. - No sé, ya no sé si estoy soñando o acabo de despertar. El señor M. me dijo que no era yo, que era el odio que le tenía guardado. - ¿será? - Yo creo que hay formas de vivir muriendo. Me acuerdo de esos días. Me sentía mas yo. Como si nunca hubiera sido, hasta ese entonces. Me sentía ligerito,
La vida no es tan fácil ni tan difícil como nos la han pintado. Simplemente es vida. Está. Escoge tus propios colores. Vívela o muere.