Existe la posibilidad de que no me encuentre del todo bien en estos momentos. Hace unos momentos sentí cómo alguien con suéter de lana se compadecía de mi mientras un hombre preguntaba a un grupo de personas, con un tono demandante, quién era el siguiente, o en todo caso, quien faltaba. Juro que alguien me toco la espalda. Tal vez no estaba en mis cinco sentidos, pero ¿lo estabas tú? Todo sonaba bastante lógico y de repente todo era negro. A veces había espirales de colores azul turquesa, en la cara de todos, como una pantalla de humo. Poco común. Aunque debo admitir que me llevó a sentirme encerrada en un closet. Detrás de un sillón. Pidiendo ayuda. Cuando veía el piso me trasportaba a ese lugar, la casa amarilla en la solíamos vivir. Y dos lagrimas escurrieron de mis ojos. Traté de sostener su mano, pero no me dejó. Estoy sudando, sudando mucho. Siento que se esta quemando la cara. Ella me miro con sus ojos negros. -un momento, ¡ella no tiene ojos negros!- Siga hablan
La vida no es tan fácil ni tan difícil como nos la han pintado. Simplemente es vida. Está. Escoge tus propios colores. Vívela o muere.