Veía huevos de cucaracha y no sabía lo que eran. También imaginaba unos pies con calcetines rojos y ausencia del resto de ropa, mientras estaba dentro de la casa del señor R. Ahí observaba lo que en ese entonces parecía un acuario, pero no era más que una pecera con varios colores practicando su nado, aunque esto último es más bien producto de una mente ambigua y carente de recuerdos. Escondidos tras un librero, hacía sonar una clase de alarma, que de hecho él había armado pues a pesar de su corta edad sabía como armar y desarmar varios artefactos que parecían imposibles, la cual vibraba en nuestros tímpanos cuando veíamos su sombra entre la parte baja y alta del mueble. Algunas veces intenté esconderme de sus manos, pero solo él sabe si es verdad. Hubo varias veces que los accidentes me siguieron, como la vez que fui un pirata en la pileta del patio y resbalé, recibiendo un impacto fuerte que hizo brotar sangre casi de inmediato, dejando paralizada mi mente mas por el
La vida no es tan fácil ni tan difícil como nos la han pintado. Simplemente es vida. Está. Escoge tus propios colores. Vívela o muere.